La uberización de nuestra vida y la tercera revolución industrial


Como sabemos, UBER y otras plataformas como LYFT y AIRBNB, ponen en contacto a determinados usuarios alrededor de herramientas que permiten, en el fondo, una mercantilización de bienes privados. Es decir, siendo bienes que tienen un uso privado o personal, estos son puestos a disposición de terceros, ofreciéndose servicios que hasta hace poco únicamente podía ser prestados bajo un entorno profesional, a través de un servicio de taxi, hotel relativamente reglamentado. Aparentemente estamos a una clásica muestra de una lucha "schumpeteriana", de "destrucción creativa", donde el capitalismo una vez más, para mantenerse vivo, se adapta y recrea.

Así, este nuevo modelo económico que para muchos implica un "modelo colaborativo", lejos de significar un cuestionamiento al capitalismo, se nos presenta como una nueva modalidad emprendedora en un microcosmos "horizontal" y "cool" de capitalismo. Y cómo hemos llegado hasta aquí?.

Si bien estamos ya muy lejos de esa primera revolución industrial, merece ser recordado el impulso industrial, a través de la máquina de vapor, esa nueva fuente de energía que generó otra concepción de economía con
una mayor movilidad de bienes (con la aparición de los trenes) y de ideas. Sobre esto último es importante tener en cuenta que la máquina de vapor, además de propiciar un proceso de industrialización centralizado y con una estructura piramidal, permitió a la imprenta dar el salto hacia una revolución democrática en términos de una mayor difusión de ideas, a través de masivos tirajes de libros, impulsando que en el siglo XIX, y en los  Estados Nación industriales, se consolidara la educación pública. 

En esa misma línea, como lo afirma Luc Ferry en "La Revolution Transhumaniste", la segunda revolución industrial nace con la invención de la electricidad como una nueva fuente de energía. Con ella se dio un paso significativo para la invención del motor a explosión. Ambos inventos fueron determinantes para el impulso de otros medios de comunicación (telegrama, radio, televisión) y el desarrollo de otros medios de transporte, como lo fueron el automóvil y el avión  y, como consecuencia, el uso de nuevos medios de comunicación de ideas: telegrama, TV, radio, además de nuevos medios de transporte, como el automóvil, avión, etc. Dado el crecimiento de muchos polos industriales, las fábricas dejaron de tener una estructura centralizada, que imposibilitaba una expansión transnacional.
Es así como, la economía industrial, nacida de la segunda revolución industrial, siendo cruel en sus inicios, tuvo como base el intercambio entre el productor y el consumidor (Ford afirmaba "yo pago salarios altos a mis obreros para que puedan comprar mis automóviles"). Ante la evidencia que el asalariado es también un consumidor, el capitalismo llegó a civilizarse, escondiendo, al menos parcialmente y por momentos, sus dientes. 
 
Que duda cabe que nos encontramos en una tercera revolución, originada con el nacimiento de la web, que rompió todo paradigma espacial y temporal. En efecto, la web "no duerme ni tiene horarios de atención", nos permite "navegar" a toda hora y en todo lugar del mundo. La inteligencia, lo inmaterial, como lo es la codiciada Big Data, se ha impuesto frente a lo material.
 
Para muchos pesimistas (o quizás realistas), como Eric Zemmour, autor de "Le Suicide Francais", "...internet, amplificaría el potencial revolucionario de la "vulgata" ideológica de mayo del ´68: individualista, cosmopolita, anti jerárquica, anti estatista. Ni Dios ni maestro, ni frontera. La informática daría una realidad consumista a los famosos slogans "esta prohibido prohibir" y "goce sin limites"". Para lo mejor y para lo peor.

Esta tercera revolución nos enfrenta a nuevos desafíos que van más allá de la mercantilización de los bienes privados y de una desregulación de los servicios "virtuales", reclamada por muchos y rechazada por otros. Vivimos una nueva revolución "darwiniana" sin precedentes en determinados sectores económicos, donde desaparecen puestos de trabajo, creándose otros que, seamos sinceros, no llegarán a absorber la masa de desempleados que probablemente no llegarán a tener el "perfil" exigido por el mercado.


La pesadilla orwelliana del Big Brother está presente entre nosotros. Big Data permite a los "motores de búsqueda", a los que nos sometemos voluntariamente, anticipar nuestras conductas y gustos, creando -bajo una estructura convivial y relajada- una "sociedad controlada", donde poco a poco nos enfrentemos a un "mundo sin sorpresas".

Dónde nos detendremos?. Hemos alcanzado acaso, con el internet de los objetos, la inteligencia artificial, el "progreso" tantas veces deseado?. Acaso el hombre ya arrebató, de forma definitiva, el fuego de los dioses?.

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