El desarrollo es un mito?

Luego de haber leído hace algunos días el "Mito del Desarrollo" del Embajador Oswaldo de Rivero http://www.unesco.org.uy/shs/fileadmin/templates/shs/archivos/de%20Riverocualdesarrollo.pdf, tuve ese sinsabor que se siente cuando descubrimos una mentira o el fin de cierto paradigma esperanzador...y es que la frase que afirma que el "Perú es un pobre sentado sobre un banco de oro", que zumba en mis oídos desde que tengo uso de razón y que seguramente se encuentra enraizada en esa porción de la corteza cerebral donde guardamos aquellos inocentes anhelos, como la de ver a la blanquiroja en un nuevo mundial de fútbol, me servía como fútil acicate frente a tanta improvisación en la acción política y en la gestión de la res publica.

Que duda cabe que es el modelo primario exportador con el que hemos convivido, combinado con políticas neoliberales, que por su radicalidad no son aplicadas ni en el Reino Unido y menos en los Estados Unidos, los que lejos de acercarnos a un nivel de desarrollo que beneficie a la gran mayoría de los peruanos, sólo nos ha alejado del camino que pudo habernos llevado al tantas añorado "Dorado"del Desarrollo.

Qué pasará luego que China deje de comprar materias primas?, qué valor añadido tecnológico agregamos a nuestros productos exportables? qué educación brindamos en las escuelas y universidades para que nuestros jóvenes puedan desarrollar esa tecnología necesaria para sobrevivir en este mundo donde el monopolio del desarrollo de la propiedad industrial y de la propiedad intectual está concentrado en su mayor parte en el denominado Primer Mundo. Lamentablemente, nuestra mirada sigue siendo de corto plazo, de instinto, de reacción, sin previsión...en fin, nadie responde a la pregunta: Quo vadis Perú?...qué proyecto tenemos de nuestro país...valgan verdades, sin un órgano de planificación (desarticulado años atrás) no hay mucho que decir al respecto.

Llegar a la autosatisfacción y autocomplaciencia por los vastos recursos naturales que posee el Perú nos lleva a una visión paralizante. De qué nos sirven estás riquezas, más allá de una satisfacción temporal y cortoplacista, si a través de su venta primaria no podemos llegar a generar la riqueza y menos el esquivo desarrollo de nuestro país.

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