La responsabilización de los padres y la delincuencia juvenil

Acabo de leer el artículo que ha sido publicado por Anne Chemin este 5 de febrero en el diario Le Monde, http://www.lemonde.fr/opinions/article/2008/02/05/les-parents-et-la-delinquance-des-mineurs-par-anne-chemin_1007566_3232.html, y tratándose de un tema fundamental en lo que respecta al rol de los padres y su responsabilidad en la socialización de sus hijos, en un contexto de aumento de la violencia y de la criminalidad en nuestras sociedades (no creo que necesite un estudio preliminar para demostrarlo), comparto a través de esta bitácora algunas impresiones sobre este interesante documento.

Para centrar el contenido de este artículo debemos tener presente que toda persona llega a socializarse, es decir adquirir una consciencia ciudadana, como sujeto de derechos y deberes, a través de su familia, la escuela, la religión y el trabajo...son cuatro ámbitos o entornos donde de una u otra forma, entrando en contacto con nuestros semejantes, llegamos a interrelacionarnos, cimentando valores, afirmamos nuestra condición humana. Cabe precisar que pese a ser fundamentales para el desarrollo de todo hombre, estos cuatro ejes de socialización, en la mayor parte de países, están en crisis, siendo por estos tiempos objeto de más de un cuestionamiento.

En este caso, tratándose de las familias, tanto en Francia, en el Reino Unido, en los Estados Unidos y otros países del Norte, se han venido impulsando desde comienzos de los años 90 diversas políticas destinadas a apoyar y controlar a las familias más desfavorecidas, para que asuman el rol de coproductoras de la seguridad. Se han optado por modelos de responsabilización represiva (aplicación de sanciones y multas a los padres por cada delito cometido por sus hijos) o de seguimiento y apoyo a la gestión parental.

El problema se presenta cuando se asume que la delincuencia juvenil sólo debe ser resuelta a través de políticas represivas, que pudiendo ser un mecanismo necesario, no es suficiente. En efecto, proponer soluciones para atacar únicamente las consecuencias de un problema más no las causas del mismo, lejos de aportar una propuesta sustentable en el tiempo, deja entrever un tufillo de demagogia que si bien puede rendir ciertos réditos políticos de corto plazo, en la medida que responden a pulsiones vindicativas que no suelen ser la mejor consejera, no resuelve los problemas de fondo.

Es así como, remontándonos a algunas de las causas de este problema, encontramos que la familia, como el primer eslabón de nuestra socialización, en muchos casos presenta manifiestos casos de renuncia al ejercicio parental. Lamentablemente, frente a este drama se tiende a reducir el impacto o efecto de este problema sólo al núcleo familiar, sin apreciar que éste afecta a todo el tejido de la sociedad.

Puede ser que algunos padres no hayan tomado consciencia de sus responsabilidades respecto al comportamiento delincuencial que podrían presentar sus hijos, sin embargo, considero que más son los padres que asumiendo la dosis de responsabilidad que les corresponde, se sienten abandonados, aislados con su problema...sin sostén parental, sin apoyo ni acompañamiento de ningún tipo para su familia que se encuentra en situación de dificultad.

Y es que aprender a ser padres no es fácil...lo digo como novel padre. No es algo que instintivamente lo tengamos cargado en nuestro disco duro. Si a ese aprendizaje agregamos nuestro pasado y los fantasmas que pudieron rodear nuestra niñez, el desempleo, la extrema pobreza, el abandono a toda regla social o valor moral, vemos que el punto de partida para muchos padres responde más a un drama.

Cuando se produce algún hecho delictivo de alguna pandilla juvenil, más allá de la sanción que busca ser aplicada, acaso el Estado se pregunta sobre el origen de esa violencia?. Sabemos si el joven delincuente viene de una familia en dificultad, desarticulada, quizás monoparental, acaso ha fracasado en el colegio, no tiene trabajo, ni futuro laboral?...en fin para que tantas preguntas dirán algunos pragmáticos, "simplifiquemos" las cosas...aumentemos la capacidad disuasiva de la policía, permitamos que incluso los adolescentes con un amplio prontuario delictivo reciban como sanción penal, la reclusión, construyamos más cárceles...y llenémoslas de estos jovenes descarriados. No pretendo proponer la idealización del joven delincuente, sino intentar una aproximación más humana a esta problemática. Acaso nos hemos olvidado que estos jóvenes son también seres humanos y no tuvieron la suerte -como muchos de nosotros- de nacer en el lugar debido ni en la familia que hubieran deseado?.

Creo que como en muchos otros temas que impactan en la convivencia pacifica de nuestra sociedad, es el Estado pero en sí toda la sociedad la que debe tomar consciencia de este problema que no se resuelve construyendo más cárceles para luego tugurizarlas y de donde probablemente el joven delincuente saldrá con más cicatrices y cuentas por saldar con la sociedad, es decir, con nosotros.

Esa orientación familiar, ese rescate del olvido y del aislamiento en el que viven muchas familias en dificultad nos conscierne a todos; considero que un elemento fundamental para fortalecer los lazos de la cohesión social es lanzar programas del voluntariado que favorezca el diálogo en la familia y entre las generaciones.

Comentarios

Ana Maria Bravo Arias ha dicho que…
En cuanto al artículo"La responsabilización..., me parece el enfoque muy interesante, el cual nos da un ámbito poco tocado en nuestro país por lo menos,la inmediatez hace que el tema siempre siga pendiente, los gobernantes o lideres políticos son poco afectos a las soluciones de largo plazo ,por que quieren safisfacer a las personas en el momento aunque después vengan los desencantos y frustraciones. Es un tema de larga reflexión y compromiso de toda la sociedad no solo del aparato estatal en su conjunto.Ya que es una gran responsabilidad la de ser Padres.
Lo contrario trae consigo esto que nos plantea este artículo,el estravío de la juventud y la delincuancia en todas sus modalidades.En esto tendría mucho que decir el Ministerio de la Mujer,Interior y las Municipalidades tendrían que jugar un papel muy interesante. Ya que tiene Gerencias o Departamentos que ven por la Participación Vecinal y desde allí como también desde las Juntas Vecinales podrían armar en conjunto con los Municipios talleres o tertulias con los vecinos de estimulación para cambiar el trato con sus hijos e interesarse más por el presente y futuro de JOVENES que ya no son "el futuro", sino siempre el presente, por que tratarlos como futuro de algo es desestimar su participación en nuestras vidas.

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